EL CORAZÓN DE UN ÁNGEL

Dedicado a la familia Herrera Castañón:

Angelito, como su nombre lo dice fue, así como traído del cielo, sus papás lo esperaron mucho y lucharon igual para que llegara. Definitivamente, Dios nos muestra su grandeza en las cosas más pequeñas; para muestra está El mismo, que pudiendo estar en lo más sublime o grande prefirió quedarse en un pedacito de pan.

En ese momento tan difícil para mis compadres, quienes estaban llenos de angustia, preocupación, miedo; reflejados en sus caras y en su llanto; Dios fue transformando todo eso en paciencia, consuelo, amor, amistad, ilusión, esperanza, comprensión. Alguna vez escuché que el oro tiene que pasar por el fuego muchas veces para poder llegar a convertirse en las maravillosas estatuas o figuras bien torneadas; así también mi Angelito tuvo que pasar unas cuantas veces por el fuego de las agujas, de las mangueras, de los sueros, de los análisis exhaustos para poder formar ese nuevo corazón, listo para comenzar a funcionar como debe de ser.

Me consta que este pedacito de gente, luchó como un gran guerrero contra todas las adversidades y todos los pronósticos; pero ¿cómo no habría de hacerlo si lo trae en la sangre?; tiene una familia que ha estado acostumbrada a luchar, a salir adelante, a siempre tomar las cosas de frente y luchar, luchar y luchar; eso, también me consta.

Angelito tiene dos padres que trabajan muy duro para que no le falte nada a su querida familia, tiene dos abuelas que con sus oraciones y sus desvelos han logrado fortalecer los lazos de amor familiar y tiene una hermana que, ante todo, aguantó el fuerte paso de no estar con papá y mamá, como siempre estaba acostumbrada. Lupita es una gran niña.

Yo no tengo palabras para agradecerle a Jesús, mi Señor, lo que ha hecho por nuestro querido ahijado Angelito, sólo puedo regresarle, con mi persona a su servicio, todas las bendiciones que hemos y seguiremos recibiendo de su parte.

¡Que grandes son tus obras Señor!, gracias por mantener completa a la familia Herrera Castañón.

Compadres, son una gran muestra de entereza y de confianza. Gracias por enseñarnos eso.